*El artista plástico más importante de México cumple este viernes 75 años
Ernestina Gaitán Cruz
Oaxaca.- El pintor Francisco Toledo, quien este viernes 17 de julio cumple 75 años, es lector desde su temprana niñez. En Minatitlán, Veracruz, donde vivió sus primeros años de vida, se la pasaba “viendo y leyendo libros a deshoras, domingos o días de fiesta, en la librería del profesor Beltrán”, amigo de su padre.
Esa necesidad de estar en contacto con los libros, le ha llevado a ser promotor de la lectura, gran comprador, lector y compartidor de libros, como lo muestra la creación del Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca (IAGO) hace 27 años, y que hoy está considerada como una institución que aloja una de las colecciones de artes gráficas más importantes de Latinoamérica.
El acervo del IAGO que donó al Instituto Nacional de Bellas Artes en enero del 2015, es de aproximadamente 50 mil libros en dos sedes. La de Macedonio Alcalá 507 tiene pintura, grabado, diseño, museos del mundo y colecciones, arquitectura y salas de exhibición y la de Avenida Juárez 203, poesía, narrativa, filosofía, historia de las religiones, fotografía y la fonoteca Eduardo Mata.
En entrevista, el pintor oaxaqueño considerado el uno de los mayores artistas vivos de México y reconocido a nivel internacional, comentó que “han sido más de 25 años invertidos, esfuerzos y creo que ha prestado un servicio a la comunidad; se ha hecho una labor. No quiero menospreciar lo hecho antes de que existiera, creo que ha sido ejemplar y espero que siga siendo así”.
También refirió que en las salas de pintura, han pasado jóvenes a quienes les ha servido mucho el acervo, porque como pintores es su única opción para conocer obra. “Saliendo de aquí están cargados de un conocimiento porque tienen muchas horas ahí leyendo y viendo imágenes, entonces eso les ha servido mucho”.
Entrevistado en el patio del Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca que inició actividades en 1988 y bajo un cielo aborregado –dicen que va a temblar, refirió al mirar al cielo-, comentó que ha comprado libros a través de los años y su primera donación la hizo a la Biblioteca de Bellas Artes de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca, por la que pasó.
En los años 60, a su regreso de Europa, regaló libros y discos que había comprado en Europa, a la Radio de la Universidad “que quien sabe si exista todavía por ahí”… Después empezó a formar la Biblioteca en Juchitán, en la Casa de la Cultura, y después el IAGO en la Ciudad de Oaxaca, también conformó otra en Teotitlán del Valle, llamada Pablo Picasso, y entre los años 1968 y 1969 otra en la cárcel de Ixcotel.
Sus primeras lecturas
No recuerdo. Hace 70 años cuando menos, de las primeras lecturas. De libros que leí cuando mis padres me compraron libros, fue en Minatitlán, Veracruz. Ahí había una librería, del profesor Beltrán y eran amigos de mi padre y me dejaban quedarme a deshoras viendo libros y escogiéndolos, domingos, días de fiesta, siempre estaba ahí.
En esa época llegaban muchos libros de Argentina para niños, y recuerdo que tenían un lenguaje que yo no entendía porque el castellano de los argentinos es diferente y hay palabras que vienen de lenguas indígenas de allá.
Me acuerdo de un cuento llamado Juan Pirincho (1943) de Constancio Cecilio Vigil y que trata de un pájaro de los que creo que se llaman horneros, de los que hacen barro y es todo lo que recuerdo. Ese fue de mis primeros libros, junto con El libro de oro de los niños, también es un libro de colección y otros que no podíamos leer pero que veíamos como El Quijote, del que no entendíamos muy bien el lenguaje pero había las imágenes que llamaban la atención y también La divina comedia.
Ahora leo, más bien releo los libros a los que siempre regreso como La Odisea. También me gusta mucho Kafka, porque lo he ilustrado y me gustan sus diálogos y fragmentos de sus historias.
Importancia de la lectura
Sin embargo para el pintor, dibujante, escultor y ceramista oaxaqueño, no le parece que leer sea “importantísimo”. Hay mucha gente iletrada que es inteligente, que tiene fantasía y creatividad y lenguaje. Yo creo que sí es importante leer pero no creo que sea importantísimo. Se puede ser inteligente y tener cierta creatividad sin haber leído. Hay muchos analfabetos que son grandes narradores”.
¿La lectura, la cultura en general podría contrarrestar la violencia?
Quien sabe. No lo creo. No sé, no creo, no creo. Yo no sé, por ejemplo la religión ¿usted cree que podría contrarrestar la violencia? No la contrarresta.
Entonces ¿cuál es la importancia de la cultura en la sociedad?
No sé. Uno se va creando necesidades si a usted le han o se ha creado la necesidad de la lectura pues va a la lectura para saciar esa necesidad. No sé, es como un pasatiempo, conocer otras mentalidades. Si usted puede leer una traducción de mitos de la India, China, es como enriquecer su lenguaje también. Lo pone a uno a pensar, a meditar. En mi caso me pongo a dibujar porque muchas veces después de leer, me pongo a ilustrar o a dibujar.
Un día en su vida
Vengo aquí, al IAGO, tomo un café, platico, veo. Siempre vengo a dar la vuelta y hoy compré también huitlacoche para las quesadillas, dice al mostrar la bolsa que contiene el hongo comestible mexicano y así se despide.
