Por Marytere Narváez
Mérida, Yucatán.- El Laboratorio del Sueño de la Facultad de Psicología de la Universidad Autónoma de Yucatán (Uady) es un programa innovador en el campo de la psicología y el único en su tipo en la región sureste. Con tres años de trabajo, continúa cumpliendo el objetivo de realizar un diagnóstico y tratamiento en pacientes con alteraciones durante el sueño.
En entrevista con la Agencia Informativa Conacyt, Jesús Moo Estrella, responsable del Laboratorio del Sueño, señaló que la iniciativa tiene sus antecedentes en el estudio del sueño en modelos animales realizados años atrás, pero la necesidad de atender a niños, adultos y personas de la tercera edad con problemas de sueño planteó la necesidad de crear un área de especialización clínica para el tratamiento de estos padecimientos.
De acuerdo con Moo Estrella, el principal grupo de pacientes del laboratorio ha llegado por alteraciones obstructivas durante el sueño, como la apnea obstructiva. “Dejan de respirar o roncan y tienen pausas respiratorias, todo esto tiene una serie de implicaciones cardiorrespiratorias que, para hacerlo breve, las personas que no se tratan tienen 10 años menos de vida y mayor riesgo de hipertensión, diabetes, problemas médicos y psiquiátricos relacionados con el funcionamiento emocional, cognitivo y el rendimiento laboral”.
Otros pacientes son los que padecen insomnio, ya sea por dificultades al inicio del sueño, al mantenerlo o al despertarse muy temprano aun cuando tienen las condiciones para dormir. Este padecimiento es frecuente en estudiantes y adultos de la tercera edad, a quienes puede ocurrir entre dos y tres veces a la semana en un periodo de un mes, impactando en el desarrollo de sus actividades diurnas.
Una de las líneas de investigación que se desarrollan en el laboratorio corresponde a las alteraciones afectivas como la depresión y el impacto que tiene durante el sueño. De acuerdo con Moo Estrella, el sueño es uno de los síntomas clínicos de la depresión más difíciles de restablecer. Los pacientes con depresión que no pueden mejorar los síntomas relacionados con el sueño tienen mayor propensión a padecer recaídas, mientras que si logra que el paciente disminuya los síntomas de la depresión y los síntomas del problema del sueño, el tratamiento resulta mucho más eficaz.
Tratamientos con estimulación cerebral
Existen diversas áreas de intervención que van desde la clínica conductiva conductual, el feedback, hasta la estimulación eléctrica para el sueño. Las técnicas de estimulación cerebral pueden ser electromagnéticas o eléctricas. “Enviamos pulsos a una potencia de dos teslas, que significa dos veces la gravedad de la Tierra en la que un pulso atraviesa el cráneo. Envía un pulso electromagnético y activa las neuronas en los pacientes con depresión para restablecer el funcionamiento de la corteza que regula el pensamiento, las emociones, que en los pacientes con depresión está hipoactiva o que no está funcionando al 100 por ciento”, comentó.
En el tratamiento con estimulación eléctrica, se colocan electrodos en pacientes con insomnio para enviar una frecuencia similar a las frecuencias electrofisiológicas que favorecen la inducción del sueño, y parte de lo que se está investigando es el efecto que tiene también en el funcionamiento del paciente durante el día, como la disminución de fatiga mental y el incremento de la concentración.
Una tercera línea de investigación corresponde a la relación entre la actividad física y el sueño. El número de calles que caminas, el tiempo que pasas bajo el sol o el que pasas sentado frente a un escritorio son algunos ejemplos de lo que constituye la actividad física habitual, por lo que se investigan cuáles pueden ser los valores aproximados que tienden a favorecer el sueño.
En el caso de los niños, el descanso y la actividad física repercuten también en su desarrollo neuropsicológico, su capacidad de atención, concentración, humor y autorregulación del propio comportamiento.
En el Laboratorio del Sueño colaboran profesionales del área de medicina, psicología del deporte, neurólogos y psiquiatras. Además, se mantiene contacto con rehabilitadores, nutriólogos y con el Centro de Investigaciones Regionales de la Uady “Dr. Hideyo Noguchi”, que brinda la infraestructura de la ingeniería biomédica. “Cuando llega aquí un paciente, estamos en contacto con su neurólogo, su psiquiatra, su psicólogo, su nutriólogo. La información se comparte para ir determinando cuál es la línea que estamos siguiendo en el tratamiento de esta persona”, apuntó Moo Estrella.
Las neurociencias y el sueño
De acuerdo con Moo Estrella, en la investigación científica el campo del sueño se desarrolló fuertemente a raíz de los trabajos de Eugene Aserinsky y Nathaniel Kleitman, quienes a principios de la década de los cincuenta descubrieron que durante el sueño existía un movimiento en los ojos, mediante el estudio con electrodos en las cabezas de sus pacientes.
Al mismo tiempo, en Francia, Michel Jouvet había descubierto que ocurría un fenómeno similar en sus gatos, quienes cuando movían los ojos perdían también el tono muscular. Aunque el sueño se ha estudiado desde antes, fue a partir de estos eventos que inició un boom en el estudio del sueño y se crean otros laboratorios en el mundo. En 1990 se crea la Clasificación Internacional de Trastornos del Sueño, en la que diferentes laboratorios consensan los criterios clínicos y diagnósticos de lo que es un insomnio, una pesadilla, etcétera. Asimismo, se desarrollan los criterios técnicos para definir electrofisiológicamente las etapas del sueño, lo que es un sueño normal, un sueño estructurado, así como sus respectivas estructuraciones.