Keiko Kasza, autora de cuentos infantiles llenos de belleza y esperanza

Ernestina Gaitán

Oaxaca de Juárez, Oax., 15 de octubre del 2024.- La niñez de la escritora e ilustradora japonesa Keiko Kasza, distinguida con 17 premios internacionales y traducida a 16 idiomas, transcurrió libre, entre hermanos, primos y amigos, mientras los mayores estaban ocupados para llevar comida a la mesa. Fueron los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial que culminó en1945.

La autora de Mi día de suerteCuando el elefante caminaPerro que quiso ser lobo y El día de campo de Don Chancho, entre otros 16 libros, nació el 23 de diciembre de 1951. Meses antes, en septiembre de ese año, fue firmado el Tratado de Paz de San Francisco que sirvió para terminar oficialmente la Segunda Guerra Mundial.

Por ello, en su etapa de infancia, la gente y su familia también, buscaban sobrevivir después de la guerra. Entonces, ella y sus amiguitos, lo único que hacían era jugar sin la supervisión de adultos, dijo en entrevista realizada en esta ciudad, en el marco de la 44 Feria Internacional del Libro de Oaxaca 2024.

Asimismo comentó que muchos de sus libros vienen de esas experiencias. Jugaba mucho y leía mucho, esas eran las actividades que más hacían los niños de su edad. “No fue una infancia tan difícil porque había libros y había tiempo para jugar”, agregó.

Nació en una isla muy cerca de Hiroshima, donde el 6 de agosto de 1945 fue lanzada la primera bomba atómica directamente sobre población civil. El hecho había transcurrido seis años antes de su nacimiento. Ahí creció, pero, dijo, nunca les afectó la cercanía. Era una isla muy muy pequeña con poca gente. Jugaba todo el día. Andaba con sus amigos. Agarraban una cubeta, se iban al mar y atrapaban cangrejos.

Keiko Kasza, quien tomó el apellido de su esposo estadounidense, aprendió mucho de jugar con amigos desde enojarse, pelearse y contentarse. Todas las habilidades sociales las aprendió con sus compañeros de infancia, Y vivió en unión familiar con sus abuelos, hermanos y tíos, en una convivencia constante, hasta cuando salió para ir a Estados Unidos a estudiar Artes Gráficas.

Mientras trabajaba como diseñadora gráfica leyó la obra de Leo Lionni, el reconocido autor e ilustrador holandés de libros infantiles. Así inició su interés por los libros ilustrados y a experimentar con este género. Con El estofado del lobo su primer trabajo publicado en Estados Unidos, ganó su primer premio.

Es la oveja negra de la familia, dijo, porque ha sido la única que dejó su natal Japón. Y a pesar de que mamá y papá se opusieron e incluso su padre le dijo que aunque el futuro esposo fuera el presidente de ese país, no se casaría, pero lo hizo. Tienen dos hijos y viven en Estados Unidos. Por cierto, sus hijos también han sido inspiración para sus historias.

Las obras de Keiko Kasza destacan por su humor, astucia, amistad, amor familiar, aceptación y valentía, representados por animalitos en bellas y tiernas historias. Estuvo en la Ciudad de Oaxaca, invitada por la Feria Internacional del Libro de Oaxaca y convivió con sus pequeños lectores, de seis a 12 años. A ellos les explicó el proceso de escritura que va de escenas hasta la ilustración

Les mostró fotografías de sus hijos cuando eran niños, en diferentes poses y luego los dibujos de sus libros, en las mismas posturas. Explicó que muchas de sus historias se basan en su propia infancia en Japón y realizó una demostración de dibujo en vivo donde se pudo conocer la forma en que logra las expresiones faciales en sus personajes.

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