* El primer nadador oaxaqueño en atravesar el Estrecho de Gibraltar compartió el logro con la comunidad de la Escuela de Natación Acuarela de Oaxaca, la casa que lo formó como deportista
Oaxaca de Juárez, Oaxaca, a 6 de noviembre de 2019.- Rodrigo Cavero es el primer nadador oaxaqueño en atravesar el Estrecho de Gibraltar. Cumplió el reto de cubrir 16.2 kilómetros en 3 horas 38 minutos y 52 segundos y vino a compartir el logro con la comunidad de la Escuela de Natación Acuarela de Oaxaca, la casa que lo formó como deportista.
Ante nadadores y padres y madres de familia y en compañía de directivos de la Escuela de Natación, platicó la experiencia que vivió el pasado 4 de octubre y de la que, dijo, salió fortalecido emocionalmente y convencido de que es un hijo del agua y que el mar es su casa.
Después de la bienvenida y presentación por la directora pedagógica de la institución, maestra Sara Villagómez Chávez y del Director Administrativo David Gopar Jarquin, en nombre de la Directora General Beatriz de Esesarte, el nadador de 42 años de edad y con más de tres décadas de practicar la natación, dejó claro que este deporte es su forma y filosofía de vida.
Con emoción y alegría comentó que el amor y la entrega que tiene a la natación, le han llevado a vivencias extraordinarias como lo vivido de atravesar el Estrecho de Gibraltar, ese límite entre dos continentes: Europa y África, cuando sintió una emoción muy grande, la vivencia espiritual de comunión con el mar inmenso.
Aunque no es nadador de aguas abiertas, se atrevió a vivir la experiencia con todo lo que implicó en cuanto a preparación, trabajo en equipo con los españoles Carlos de la Viesca, Pablo Giner y Eduardo Pérez, romper la fuerza de las corrientes, enfrentar la temperatura del agua y la mentalidad de que no hay vuelta atrás, que ya estás y a nadar hasta cumplir el reto.
Luego de comentar que nada 25 kilómetros a la semana, dijo que la disciplina para la práctica de este deporte es difícil de comprender para quien no lo hace. Sólo los nadadores saben que no se puede dejar. Que es un hábito que requiere disciplina, perseverancia y concentración, porque no se puede distraer mientras se nada.
Frente a sus padres y a su tía quienes estaban entre el público, también compartió las emociones de las competencias en las que ha participado, el llegar a sentir el dolor y que no se puede más y aún dar hasta el límite, porque el ser humano puede ir más allá.
Luego de dedicar su logro in memoria a sus primeros mentores de la Escuela de Natación Acuarela. Educación Acuasomática, Luis Álvarez y Tomás Pría Olavarrieta, recordó lo que tiene muy presente que “el éxito no es obra de la casualidad”.