La experiencia y vivencia del espacio es inseparable de la vida cotidiana

*Organiza UAM Iztapalapa Seminario Genealogía de la Vida Cotidiana

 *Las sociedades actuales con su dimensión espacial, son reconocidas por la complejidad: Lindón Villoria

Teresa Cedillo Nolasco

La experiencia y vivencia del espacio es inseparable de la vida social porque ésta siempre transcurre en algún lugar y en consecuencia ahí sucede la vida cotidiana, planteó la doctora Alicia Lindón Villoria, investigadora del Departamento de Sociología de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

Durante la conferencia que ofreció en el marco del Seminario Genealogía de la Vida Cotidiana, que se impartió en la Unidad Iztapalapa de esta casa de estudios, la doctora en Sociología por el Colegio de México y maestra en Desarrollo Urbano por la misma Institución, subrayó que de acuerdo con lo anterior “podemos asumir que el tema del lugar y la espacialidad es insoslayable para la teoría social”.

Sin embargo, la teoría social ha abordado escasamente estos tópicos desde “formas algo reduccionistas”, en particular bajo el concepto de “localización”, lo que se resuelve con el “dónde ocurre algún fenómeno”; en otras ocasiones concibe al sitio como reflejo de la sociedad y, por lo tanto, aparece “pasivo, sin ninguna capacidad explicativa del devenir social”.

Observar todo esto implica una crítica a la teoría que consiste en la idea central de integrar el término de espacio como una parte nodal de las sociedades; sin embargo, también “hay voces que lo han incluido, problematizado y otorgado una capacidad explicativa de lo social”.

Desde la Geografía Humana, que estudia la dimensión espacial de lo social, ha ocurrido algo “parecido, pero de manera inversa”, es decir, esta disciplina ha estado poco abierta al diálogo con la Teoría Social y así como esta última siguieron concepciones muy limitadas del lugar. La primera, a su vez, siguió ideas muy limitadas de lo social y también muy reduccionistas, por ejemplo, pensar la sociedad como un agregado, que se incorpora mediante uno de sus campos fuertes como es la geografía de la población.

En todo caso ese diálogo entre la Teoría Geográfica y la Social “no ha llegado a su punto de mayor riqueza y aporte”, y aunque hoy existen voces que han empezado a construir puentes para esa plática, todavía son insuficientes.

Lindón Villoria expuso que las sociedades actuales con su dimensión espacial, “son reconocidas en todos lados por un rasgo característico de nuestra época histórica, que es la complejidad, es decir, de las características en las que es necesario avanzar en el marco del diálogo entre las teorías social y geográfica”.

Si bien hay poca articulación en el acercamiento entre ambas teorías, está la perspectiva del sujeto que “es conveniente pensarlo como un habitante de los lugares”, el interés por asumir que tanto lo social como lo socioespacial están en constante proceso de construcción y reconfiguración, el reconocimiento que lo material es dotado por significados cuando los sujetos habitan esa materialidad, así como el aliciente por lo singular y lo biográfico; es decir, pensar lo biográfico como las trayectorias de vida de cualquier persona.

Estas perspectivas que buscan el acercamiento encuentran “el otro sustrato fundamental en lo cotidiano, como formas que adoptan lo social”, y por lo tanto, las geografías de la vida diaria son un campo del saber que se ubican en la concurrencia entre lo social y lo espacial, pero al mismo tiempo en un entorno de fronteras borrosas, porque en el análisis aparecen nuevos aspectos o fenómenos que no habían sido visibilizados.

Al plantear algunas de las líneas de análisis desde la perspectiva de la geografía de la vida habitual, la doctora Lindón Villoria centró su atención en lo que llamó La experiencia de la movilidad espacial, así como en La apropiación del espacio, principalmente estudiado en las ciudades y en relación con la vida urbana.

Acerca de la primera señaló que ha sido estudiada desde hace mucho tiempo, pero casi siempre enfocada desde el transporte, por lo que los énfasis han estado en patrones y rutas de desplazamiento, modalidades, eficiencia, corredores de circulación, pero desde la geografía de la vida cotidiana “lo interesante es que el tema de la movilidad espacial se puede volver a visitar para descubrir aspectos que no habían sido problematizados, como es la experiencia diaria de las personas que se movilizan”.

Los estudios tradicionales han puesto más énfasis en el medio de transporte y su dimensión material y técnica, mientras que al sujeto que se desplaza “se le reduce al concepto de población y se desdibuja su figura al limitarlo a la experiencia que vive de la movilidad cotidiana”.

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