Ciudad de México 14 de noviembre de 2018.- El trastorno del espectro autista (TEA) es una alteración neurobiológica permanente del desarrollo que se manifiesta en los tres primeros años de vida, y las alteraciones en el sueño de las personas que lo padecen es un fenómeno que ha estudiado por más de cuarenta años el doctor Fructuoso Ayala Guerrero.
El especialista es investigador y jefe del Laboratorio de Neurociencias de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y junto con investigadores mundiales ha demostrado que el autismo puede originar un retraso y desorganización del desarrollo cerebral que agrava los síntomas del trastorno mental.
En entrevista, el investigador explicó las bases fisiológicas del sueño que se ven alteradas en los pacientes con trastorno del espectro autista y cómo pueden tratar los padres estos episodios para una mejor calidad de vida de todos los miembros de la familia.
Un cerebro especial y complejo
En sus primeros diagnósticos, el trastorno del espectro autista no fue identificado como tal, sino que fue confundido durante mucho tiempo con patologías como demencia precoz, retraso mental, psicosis o un síntoma primario de la esquizofrenia.
Independientemente de los primeros diagnósticos, los investigadores coincidieron en que los pacientes con este trastorno tienen funciones cerebrales alteradas y que se manifiestan en problemas de lenguaje y de comunicación conductual, ecolalia, pensamiento rígido, entre otras.
De acuerdo con el especialista, el tratamiento no se puede enfocar en tratar de reparar la parte que está alterada, sino un espectro amplio de lesiones cerebrales, por ejemplo se han encontrado alteraciones en células del cerebelo y sistema límbico que intervienen en la coordinación motora y control de la conducta, respectivamente.
“Por esta razón, los pacientes con autismo son muy activos a diferentes tipos de estímulos, inclusive a los dolorosos, donde pueden ser desde completamente inexpresivos hasta reaccionar de manera violenta”.
Asimismo, son incapaces de detectar estados emocionales en las demás personas ni pueden controlar conductas repetitivas, para esto se caracterizan lesiones en la amígdala, los lóbulos frontales del cerebro y el hipocampo.
La necesidad de calidad de sueño
De acuerdo con el Instituto Nacional del Corazón, Pulmón y Sangre de Estados Unidos, estudios del sueño realizados en las últimas décadas han demostrado que el sueño tiene distintas etapas que progresan cíclicamente durante la noche mientras varias actividades cerebrales se llevan a cabo.
“Por ejemplo, existen etapas que son necesarias para ayudar a la persona a descansar y tener energía al día siguiente, así como otras etapas que permiten el aprendizaje y la creación de recuerdos”, explicó Fructuoso Ayala.
A propósito de los beneficios que la calidad del sueño tiene en el organismo, no dormir lo suficiente puede ser peligroso para la salud mental y física y en el caso del trastorno del espectro autista, quienes lo padecen duermen relativamente poco.
Los estudios han demostrado que por falta de sueño existe mayor probabilidad de tomar decisiones incorrectas y asumir riesgos innecesarios, lo que conlleva a un rendimiento deficiente en las labores cotidianas y un mayor riesgo de sufrir algún tipo de accidente.
Entre las investigaciones del especialista, se estudian las razones del porqué en el autismo se duerme menos de lo normal, si es por falta de sueño lo que produce alteraciones y deterioro en el funcionamiento cerebral, o viceversa.
Tratar el sueño alterado
Fructuoso Ayala mencionó que todos los autistas tienen el sueño alterado, y la Facultad de Psicología se ha dedicado a medir la eficiencia del sueño de los pacientes que tratan y que sirve de referencia para crear métodos factibles que los propios padres de familia pueden implementar para el mejoramiento de la calidad de vida.
Resulta de dividir el tiempo que duermen entre el tiempo que pasan acostados, donde una eficiencia adecuada está arriba de 90 por ciento y dado el trastorno de espectro autista, ellos tienen un sueño fraccionado y eficiencia baja.
“Aplicando pruebas psicométricas, hemos detectado que entre peor sea la calidad del sueño, aumenta la gravedad del trastorno, lo que quiere decir que el sueño juega un papel sumamente importante para los síntomas que presentan estos pacientes”.
Con dichos hallazgos el equipo de trabajo del investigador ha dado recomendaciones a los familiares de los pacientes para que en conjunto hagan un esfuerzo que mejore las características del sueño de su familiar con autismo, a través de las cinco reglas básicas de la higiene del sueño.
Acostarse a la misma hora, no tomar bebidas excitantes (café, chocolate en exceso, refresco), alimentación adecuada, controlar intensidad de la luz, por mencionar algunas y en cuestión farmacológica, estudios han demostrado que la melatonina tiene eficacia para aliviar los síntomas del insomnio en los niños con autismo.
“El diagnóstico y tratamiento del insomnio en pacientes con trastornos del espectro autista es importante, tanto para aliviar síntomas del autismo, mejorar la calidad de vida de los niños y sus familias, e incluso mejorar los resultados a largo plazo”.