Ernestina Gaitán Cruz.- Mauro Kuxypijy Delgado Díaz es el primer músico mexicano en graduarse de concertista solista de trompeta en el Conservatorio Nacional Superior de Música y Danza de París, Francia, con mención “muy bien a la unanimidad”, lo que le dio el pase automático al Master que continuará en agosto.
El artista cuyo nombre significa “tigre real” en lengua mixe, regresó a Oaxaca para compartir la noticia y para agradecer a su padre, Mauro Delgado Jiménez, a su madre, Sofía Díaz Gallardo y a su hermano César, quien lo impulsó para salir del país.
“Vine a agradecerles, a demostrarles que ya acabé, que logramos lo que nos propusimos gracias a su apoyo, a los grandes sacrificios que hicieron. Mi mamá está muy feliz, no dimensiona como en todos lados suele pasar. Me dice qué bueno hijo, yo estoy bien si estás bien. ¿Ya comiste?, esas son sus preocupaciones más que nada. No has comido bien, estás flaco me dice”.
Y para festejarlo le hizo unas memelas y unas entomatadas, los primeros guisos que probó de nuevo en su casa, cuenta risueño y agrega que en cuanto a comida se adaptó muy bien en Francia. Así que lo que más extrañó fue la convivencia con sus hermanos. Tiene tres más pequeños que él: Cuitláhuac que estudia ingeniería, Ajaay Piijy, medicina y Orlando de Jesús, estudia preparatoria.
De niño juguetón a adolescente comprometido con la música
Kuxy, como le dicen en su casa y sus amigos del Conservatorio, nació el 15 de julio de 1991 en Santa María Tlahuitoltepec -comunidad que tiene más de 400 años de tradición musical- en el seno de una familia de músicos.
Su padre Mauro Delgado Jiménez es creador de las bandas filarmónicas para fortalecer la música tradicional de los pueblos indígenas, y su hermano César Delgado, quien con becas estudió trompeta y dirección de orquesta en el Conservatorio Regional de Burdeos, Francia; en el Conservatorio Nacional Loussanne, Suiza; en el Conservatorio Nacional de Bellas Artes y en la Ollin Yoliztli, en México y ha sido director de orquestas de México y del extranjero.
Ambos iniciaron sus estudios en el Centro de Capacitación y de Desarrollo de la Cultura Mixe (Cecam), así que Kuxy estaba inmerso en un ambiente musical natural y cotidiano. Acudía a los ensayos y tocaba en celebraciones, pero prefería jugar con los amigos. Luego tocó percusiones pero “era malísimo para ello”, después el corno y no le gustó, hasta que a los ocho años de edad probó la trompeta y cuando empezó a tocar solos en la banda de su pueblo y del Cecam, supo que era lo suyo.
Con el total apoyo de su familia, a los 15 años de edad se fue al Centro Cultural Ollin Yoliztli, en la Ciudad de México, para hacer el bachillerato musical. Ahí los profesores se dieron cuenta de su talento y lo animaron para estudiar fuera del país.
“Cuando llegué a la Ciudad de México ya conocía los conciertos clásicos que llevaban trompeta, de músicos internacionales de los que no llega información al pueblo. Y César como ya había salido, me alimentaba, así por ejemplo descubrí el calentamiento que al igual que los deportistas, debemos hacer los músicos para no lastimarnos los labios, lograr mejor calidad de sonido y mejor técnica. Y en la escuela también trabajé mucho repertorio”.
Metas internacionales
También supo de concursos internacionales de instrumentos y se fijó como objetivo participar en ellos. Sin embargo nunca imaginó irse a vivir a Francia y menos aún entrar al prestigiado Conservatorio Nacional Superior de Música y Danza de París, “el mejor de Francia y de los mejores de Europa, realmente del mundo” y terminar la licenciatura con mención “muy bien a la unanimidad”, en un examen complejo, difícil, para el que se preparó con tenacidad.
Quizá fue el fuerte nahual que lo acompaña, el tigre real, el Kuxypijy que le facilitó el camino, para encontrar un lugar donde vivir por módicas cantidades, luego en casa de alguna persona recién conocida, comer en la escuela, obtener becas, encontrar profesores que conocieron su talento y lo impulsaron, hacer amigos que lo ayudaron y recibir invitaciones para tocar en diversas orquestas y cobrar por ello.
Esas condiciones, además del apoyo económico que le enviaban sus padres, le permitieron dedicarse a estudiar, primero para el examen para entrar al Conservatorio al que cada año, unos 70 trompetistas de todo el mundo concursan para los tres o cuatro lugares, y después al ser aprobado, para continuar hasta culminar su licenciatura y abrirse paso para la maestría.
Cuenta que su preparación para el examen fue de cinco meses de trabajar todos los días, concentrado sin nada mas que hacer, y dos semanas antes “yo decía que ya pase, ya quiero que pase. Tu energía no da para más, ya quieres que pase ese momento y estar en otra etapa. Sin embargo me sentía muy preparado y había pensado en las dos únicas opciones: O entro o me regreso a México para acabar mi educación”.
Y ahora con mucho gusto, con sonrisas comenta orgulloso que aprobó y se asombra de que en México se conozca la noticia y que lo ubiquen como el primer mexicano egresado del Conservatorio de París, como se lo auguró su amigo el también oaxaqueño Faustino Díaz Méndez, primer trombonista latinoamericano en ganar un concurso internacional de trombón en Corea, cuando lo recibió en Alemania, donde vive.
“Que gusto recibir a un gran discípulo y mejor amigo en Zurich, Kuxy será el primer mexicano graduado del Conservatorio Superior de Música y Danza de París, considerada una de las 10 mejores escuelas de música del mundo”.
Ahora también ha recibido felicitaciones de casi todos los metales que existen en el país. “Me han llamado, felicitado, los conozco, porque he tocado con varias orquestas como en la de Minería, la de Sinaloa, la Orquesta Filarmónica de la UNAM, la de Guanajuato, Morelia, la de Toluca, entre otras”.
Mauro Kuxypijy Delgado Díaz es un músico reconocido por su talento que también tiene mucho de trabajo, sensibilidad nata, práctica y facilidad para comprender las enseñanzas de sus maestros. Sin embargo a sus familiares y quienes lo han escuchado tocar, les da la impresión de que lo hace sin esfuerzo, de manera natural. Pareciera que lo más difícil para él, fueron los asuntos económicos, no los estudios, señala María de la Paz Reyes Angón, una de sus cuñadas.
Sin embargo él confiesa que antes de sus presentaciones, tiene nerviosismo, “tiemblo cuando voy a ejecutar un solo de trompeta, pero me gusta y es algo que disfruto, y es que la música es algo mágico, todas las emociones están en ella. Crecí y maduré muy rápido gracias a la música. También me ha permitido hacer amigos porque es algo que nos une y nos identifica aunque seamos de diferentes países e idiomas; también me abrió caminos”.
Ahora sigue estudiar mi maestría. Estoy en México para visitar a mi familia, pero también vine a conseguir becas porque aunque tengo el pase automático, la colegiatura cuesta como mil euros y eso ya me corresponde a mí, no a mis padres, porque llegó el tiempo de mi independencia económica, dice y agrega que también trabajará en orquestas de Europa.
Y para quienes deseen escucharlo en México, anunció que ofrecerá un recital el 20 de agosto en el Centro Cultural San Pablo de Oaxaca. Aún falta saber la hora, pero seguramente será en la noche, comenta emocionado mientras lo escucha su novia, la clarinetista María del Carmen Flores, originaria del Estado de México.
¿Qué planes tienes para cuando termines la maestría?
Me gustaría aportar a Oaxaca donde hay mucho talento; hay demasiado, pero falta apoyo. Me gustaría regresar cuando termine, en dos años. Quiero ser maestro, un buen pedagogo, porque tampoco tendría sentido decirles a los alumnos, haz como yo y sin saber enseñarles. Hay que darles ideas porque a veces hay muy buenos instrumentistas, a quienes se les facilita y hay que impulsarlos.
Felicidades chamaco. Por tu talento no únicamente eres un orgullo para cualquiera, sino más orgullo para los mexicanos y más aún como oaxaqueños que somos, nuevamente: FELICIDADES.