Redacción.
Ciudad de México. La perspectiva de crecimiento de México (A3 negativa) se verá afectada por la incertidumbre en torno a un posible cambio en las políticas comerciales y de migración de Estados Unidos por motivo del resultado de la elección presidencial, y esto a su vez tendría un efecto negativo en diversos sectores, como el automotriz y en empresas como América Móvil y Grupo Televisa, advirtió Moody’s Investors Service.
Aun cuando la administración entrante de Estados Unidos no ha elaborado sobre los cambios específicos que busca hacer en las políticas comerciales, Moody’s espera que los flujos de inversión y financieros que recibe México se vean disminuidos conforme inversionistas y empresas adopten una postura de esperar y observar hasta que exista mayor claridad.
El golpe que recibió el peso mexicano desde la elección puede generar inflación y provocar que el Banco Central tenga que endurecer aún más su política monetaria. La combinación de tasas más elevadas y un sentimiento más negativo de los inversionistas, generará vientos en contra adicionales para la economía. De acuerdo con esto, Moody’s recortó su proyección de crecimiento del PIB mexicano para el próximo año a 1.9 por ciento de 2.5 y a 2.3 de 2.7 por ciento para 2018.
Para el soberano, el crecimiento económico más lento constituirá un reto mayor para una consolidación fiscal adicional.
“Cualquier efecto negativo en la industria automotriz sería particularmente preocupante debido a la importancia que tiene este sector para atraer inversión extranjera directa e impulsar el crecimiento del PIB”, señaló Sandra Beltrán, una asistente de la vicepresidencia y analista de Moody’s.
El debilitamiento del peso también puede representar una dificultad adicional para los emisores, incluyendo América Móvil, S.A.B. de C.V. (A2 negativa), y Grupo Televisa, S.A.B. (Baa1, negativa), los cuales tienen una porción importante de su deuda denominada en dólares.
La expectativa de un incremento en las tasas de interés en medio de un entorno económico de bajo crecimiento, también podría afectar la capacidad de los deudores para pagar sus deudas, incrementando así el riesgo de activos de los bancos. Específicamente, esto afectaría al segmento minorista de rápido crecimiento, el cual representa alrededor de 35 por ciento del total de la cartera de créditos.