Oaxaca.- Como parte del Proyecto de Restauración del Archivo General del Poder Ejecutivo del Estado, la experta María Fernanda Blázquez señaló que “los oaxaqueños tienen una memoria muy rica, pues la entidad ha sido el escenario de acontecimientos históricos importantes”.
Señaló además que, como parte de este programa, se han intervenido 88 mil 774 expedientes y 6 mil 713 libros, los cuales se limpiaron hoja por hoja, eliminando polvo y elementos ajenos que contribuían a su deterioro.
Los trabajos se realizan entre el gobierno de Oaxaca y la Fundación “Alfredo Harp Helú”, así como la Asociación Civil “Apoyo al Desarrollo de Archivos y Bibliotecas de México” (ADABI).
La restauración estuvo a cargo de María Fernanda Blázquez, Licenciada en Historia del Arte y Restauradora de Bienes Culturales, quien aseguró que este ha sido uno de los proyectos más interesantes en el que ha trabajado durante sus 10 años de experiencia.
Comentó que el rescate del Archivo General del Poder Ejecutivo implicó un reto profesional importante para todos los involucrados, ya que partió de la organización y clasificación de los documentos, así como de la conservación del papel, tintas y de todo el material que soporta la información de los archivos de los siglos XVIII y XIX.
Señaló que hasta el momento, uno de los documentos que más la ha impresionado es un padrón del Siglo XVII correspondiente al actual Distrito de Teposcolula, que asienta de manera muy detallada a todas las comunidades; clasificando a sus pobladores por género, estado civil, edad y número de integrantes en cada familia.
“Este documento afortunadamente está en buenas condiciones de preservación. El papel antiguo es una maravilla, ya que está hecho a base de pulpa de trapo, la cual es mucho mejor que la de madera, ya que está comprobado que con el tiempo responde muy bien a las agresiones, evitando que se deteriore menos”, dijo.
Blázquez expresó que debido a que los documentos intervenidos hasta el momento son de los siglos XVIII y XIX, se ha tenido que emplear algunas especificaciones durante su restauración, ya que los materiales varían dependiendo de cada periodo.
“De entrada, el papel antiguo es 100 por ciento de algodón y proviene de los trapos, y es muy diferente al de ahora que proviene de bandas de producción continua; a parte, la tinta también es diferente, ya que la que se usó en la Edad Media hasta mediados del siglo XIX se llama tinta metaloácida y es todo un universo saber cómo conservarla y no ocasionarle más daño durante la intervención”, expresó.
Aseveró que el éxito de este proyecto radica en la conservación y los cuidados posteriores que se le den a la documentación, ya que si estos se vuelven a mojar o exponerse a temperaturas muy altas, su vida se acortará.
“A los oaxaqueños les diría que tienen una memoria muy rica. Oaxaca ha sido el escenario de algunos acontecimientos históricos importantes con lo que ha aportado a la historia nacional. Nuestra historia está hecha de los acontecimientos diarios y la única manera de tener acceso a ella es conservando estas fuentes documentales”, finalizó.