* Las delegaciones participantes mostraron su riqueza a través de sus danzas, música, vestuario y gastronomía, que compartieron con sus hermanos y visitantes.

Oaxaca.- Una nueva generación de mujeres y varones, orgullosos de sus costumbres y tradiciones expresadas a través de sus bailables, música, vestuario y gastronomía, disponen sus atuendos e implementos que requerirán para participar en la máxima fiesta de hermandad del Pueblo de Oaxaca: La Guelaguetza, donde ofrecerán un poco de la riqueza cultural que poseen los 570 municipios oaxaqueños.

Si bien, entre los integrantes de las delegaciones se pueden observar rostros adultos, también destacan los rostros que van desde niños que participan en la ejecución de un instrumento musical o bien para la presentación de ya sea un jarabe, fandango, son y chilena.

Para ser parte de la delegación, no solo basta ejecutar bien los pasos al momento de su interpretación, sino también conocer los detalles de su vestuario, el simbolismo que encierra cada elemento, además del tiempo necesario para ensayar, que en algunos casos inician desde 7 meses previos a su participación.

Los rostros de las y los integrantes de las delegaciones hermanas, así como de los visitantes nacionales y extranjeros, manifiestan un éxtasis que produce la combinación de la música ejecutada por los integrantes de la Banda de Música de la Secretaría de Seguridad Pública, así como las propias bandas de música de viento de las comunidades que acompañan los movimientos armoniosos de las hombres y mujeres que en un espacio promedio de doce minutos, comparten su Gueza cultural.

Niños, adolescentes y jóvenes expresan orgullo por su cultura

Cintia Espinosa Mata, oriunda de la Villa de Tututepec, señala el orgullo que siente al estar en este importante foro, para participar en la magna fiesta de la Guelaguetza, además de portar su vestimenta color blanco, que para ellos como mixtecos, es símbolo de la vida y la muerte.

Una de las y los 28 bailarines, 4 mayordomos y el narrador que participaron con el Fandango de Varitas, describe que a través de la enseñanza que reciben de las personas adultas en las mayordomías, es como las nuevas generaciones aprenden sus bailables y sones.
“En Tututepec se lleva a cabo la mayordomía durante el mes de octubre, donde a través del Fandango de las Varitas se le rinde culto a las ánimas del purgatorio y también a “Tata Chú”.

Asimismo Adritzi Yatzil Olmedo Matus, con 15 años de edad y orgullosa de ser parte de la delegación de Santos Reyes Nopala, con toda convicción señala que Oaxaca a pesar de que ha sufrido mucho, se pone de pie y sigue con sus costumbres y tradiciones.

Su rostro se emociona al expresar que el municipio es cuna de la etnia chatina y con una gran riqueza folclórica, “sé que muchas delegaciones de la región de la Costa hubieran querido estar en la Guelaguetza, pero el privilegio lo tuvimos nosotros”.

Añadió que sus padres ya tuvieron este mismo privilegio, por lo que no dudaron en respaldarla cuando les manifestó su deseo de ser parte del grupo representante, “Los sones y chilenas, se ejecutan siempre en todas las bodas, así que ya son parte de uno mismo”.

También la señorita Débora Sarahí Ortiz Villegas, integrante de la delegación de la Heroica Ciudad de Tlaxiaco, manifestó su emoción de ofrecer a los oaxaqueños, nacionales y extranjeros, una parte de su cultura “para que conozcan nuestras tradiciones que se representan a través de los sones y jarabes”

Recordó que por medio de la convocatoria que emite cada año la Casa de la Cultura, asistió a participar y quedo seleccionada. “Hay que luchar para obtener un lugar y ahora que me encuentro en esta hermosa fiesta, siento una adrenalina”

Describe con la emoción en su rostro, su indumentaria que consiste en una lanilla sobre su cabeza, huipil con bordados diversos y coloridos, el rollo que es el enredo de lana, el sollate y ceñidor para ajustar el enredo de lana en la cintura, sus huaraches de pata de gallo, además para complementar una soguilla, aretes de oro y los tenates adornados con todas las artesanías de la región.

De esta misma delegación, Vianney Ortiz Vásquez quien toca el bombo y el triángulo y parte de los 40 integrantes de Tlaxiaco, expresa emocionada que es una experiencia inigualable la que se siente en este importante foro.

Señaló que una vez que fue seleccionada de entre los 60 músicos que integran la banda y que a diario ensayan, tuvo la gran oportunidad de estar en esta Octava del Lunes del Cerro y ser testigo de la vasta riqueza cultural y folclórica que tiene el estado y de lo cual dijo, “me siento muy orgullosa de ser oaxaqueña.

Hasta este martes por la madrugada, varias de las delegaciones retornaron a sus comunidades de origen, con la gratificación de haber dado lo mejor de si y comenzar a ensayar para que si son seleccionados, el próximo año puedan retornar otra vez a este espacio y seguir ofrendando lo mejor que tienen los oaxaqueños, su anfitrionidad.