Para desarrollar el campo se requiere trabajar para la autosuficiencia alimentaria

En un escenario donde la economía es guiada por las grandes corporaciones multinacionales, la Licenciada en Mercadotecnia, Giselle Arellano Ávila destacó, que las políticas desmedidas de libre comercio devastan a las comunidades rurales en todo el mundo debido al abandono de los gobiernos que no cuentan con políticas a favor de la agricultura local, ocasionando descontento en las organizaciones campesinas.

 

En este sentido, Arellano Ávila acotó que las organizaciones campesinas señalan que abatir la inseguridad alimentaria, no es solo una cuestión de asegurar una producción suficiente de alimentos, sino también es importante considerar qué alimentos se producen, cómo y en qué escala.

 

Por ello, Giselle Arellano Ávila subrayó que a la soberanía alimentaria se le define como: “el derecho de los pueblos a definir sus propias políticas alimentarias y agrícolas, proteger y regular la producción agropecuaria nacional y el comercio para alcanzar metas de desarrollo sustentable”. De manera que la soberanía alimentaria no niega el comercio, sino que promueve la formulación de políticas y prácticas de comercio al servicio del derecho de los pueblos y la gente, a una producción inocua, saludable y ecológicamente sustentable.

 

Por lo que, Arellano Ávila destacó que el concepto de soberanía alimentaria se ha venido fortaleciendo como una nueva estrategia post-neoliberal, que busca combatir el hambre y asegurar los alimentos a la población, aunque surge la interrogante de cómo la migración puede estar modificando las dinámicas de los hogares rurales tradicionales, ocasionando un cambio en el modelo económico.

 

Pues la mayoría de los hogares rurales ya no pueden considerarse hogares de economía campesina y en la actualidad la agricultura representa menos de la mitad del ingreso de las familias campesinas aunque lo  que más ha aumentado son los ingresos que provienen de la migración, vía las remesas y los subsidios, es muy sabido, -continuó  Giselle Arellano Ávila- que la migración mexicana ha transitado de un patrón de migración circular, temporal, laboral y masculino a un patrón migratorio familiar, prolongado, indefinido y de retorno incierto.

 

De manera que, finalizó asegurando; que para recuperar esa soberanía alimentaria y que el campesinado ya no recurra a la migración, es preciso una política de atención preferencial al agro y promover las políticas públicas que estimulen la producción alimentaria.

 

*

*

Top