Oaxaca 8 de febrero de 2018.- Por un lado, aramara elogia el gran trabajo que el artista Adán Paredes ha desarrollado e impulsado, revalorando técnicas milenarias en el manejo del barro y el fuego para crear formas que nos traen de vuelta un pasado cercano y nunca ajeno. Y por otro, deja ver su interés por el mundo de los tantos “otros” que en esta tierra coexisten y que su formación de arqueólogo no dejaría escapar.
Su obra es sin duda un tributo a esta tierra, a su gente, a un espacio habitado de diferentes maneras que están en permanente relación. Su quehacer nos recuerda la labor diaria de miles de manos oaxaqueñas que con sutil cadencia resbalan sobre el barro, escribiendo historias que a fuego calmo se cocinan.
Fragmento de Naufragio de barro: rescate implícito, escrito por Laura Pomerantz.
Hijo del barro, como su nombre lo indica, etimológicamente del hebreo adamá “tierra”, marca su búsqueda: adám hakadmón, nombre bíblico del hombre primitivo, lleva intrínseca la energía de la creación. De este proceso de soplo divino sobre la materia, nace un cuerpo físico -Adán de la tierra, modelado por la arcilla-, en el que el elemento agua deviene esencial para su sobrevivencia: disuelve las formas para volver a formarlas.
Adán Paredes Vera
Ciudad de México, 1961. Estudió arqueología en la Escuela Nacional de Antropología e Historia, experiencia que lo lleva a tener una fuerte conexión con la tierra, particularmente con la cerámica, en donde encuentra una manera de expresar sus conocimientos e inquietudes.
Ha realizado exposiciones individuales y colectivos en diferentes partes de la República Mexicana: Ciudad de México, Puebla, Querétaro, Monterrey, Oaxaca, San Miguel de Allende, Xalapa y Mérida; asimismo su obra ha sido expuesta en países como: Estados Unidos, Canadá, Venezuela, Puerto Rico, Alemania, Austria, Dinamarca, Irlanda, Francia y China.
Entre otros reconocimientos que ha obtenido destacan: mención honorífica en la Primera Bienal de Cerámica del Museo de Arte Moderno de la Ciudad de México; residencia en la Fundación Gruber Jez en Mérida, Yucatán; residencia para el Centro de las Artes Banff de Alberta, Canadá. También ha sido miembro del Sistema Nacional de Creadores del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes.
Actualmente vive y trabajo en Santo Domingo Barrio Alto, Etla, Oaxaca, México, en el taller Los Alacranes, donde ha realizado proyectos para importantes despachos de arquitectura. Asimismo, imparte asesoría en cerámica a reconocidos artistas plásticos.
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