Carmen Báez
México, DF.- Las enfermedades cardiovasculares constituyen un grave problema de salud pública en el mundo. Estudios internacionales advierten que las muertes derivadas de estas patologías aumentarán entre 15 y 20 por ciento en los próximos cinco años. Para un periodo de 15 años las defunciones se elevarán a 23 millones 300 mil personas, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
A pesar de que los factores de riesgo cardiovasculares clásicos como hipertensión, diabetes, obesidad, tabaquismo y sedentarismo, entre otras, se conocen desde hace más de 20 años, no se ha logrado disminuir la prevalencia de las enfermedades cardiovasculares, por el contrario, va en aumento, expresó Gilberto Vargas Alarcón, subdirector de Investigación Básica y Tecnológica del Instituto Nacional de Cardiología Ignacio Chávez (INC).
Tal problemática ha llevado a investigadores de diversas partes del mundo a la búsqueda de nuevos factores etiológicos que inciden en el desarrollo de estas enfermedades, de ellos han cobrado mucha relevancia en los últimos años los factores genéticos.
Gilberto Vargas Alarcón
En 2009, los investigadores mexicanos Carlos Posadas Romero, Gilberto Vargas Alarcón, del INC, y María Teresa Villarreal Molina, del Instituto Nacional de Medicina Genómica (Inmegen), iniciaron el proyecto Genética de la Enfermedad Aterosclerosa (GEA), el cual pretende establecer los marcadores genéticos que conllevan al desarrollo de la enfermedad arterial coronaria en la población mexicana y la relación de dichos marcadores con los factores de riesgo cardiovasculares tradicionales y emergentes en esta patología. Se trata de uno de los proyectos más grandes y el primero en su tipo en el país, aseguran los involucrados.
Acorde con la responsable del laboratorio de Genómica de Enfermedades Cardiovasculares del Inmegen, María Teresa Villarreal Molina, existen más de 50 genes involucrados en la susceptibilidad de la enfermedad arterial coronaria, “sin embargo, las variantes que confieren susceptibilidad no siempre son las mismas en distintas poblaciones”, dijo.
En poblaciones caucásicas y asiáticas por ejemplo, se han identificado marcadores genéticos que influyen en el desarrollo de la enfermedad coronaria; no obstante, esta información no necesariamente se aplica en nuestra población debido a las diferencias genéticas que tenemos como grupo étnico. Diversos estudios han demostrado que el mestizo mexicano está constituido por una mezcla de genes caucásicos, indígenas y en menor proporción de origen africano, explicó el investigador en Ciencias Médicas del INC, Vargas Alarcón.
Para determinar los polimorfismos (un cambio o variación en un gen) asociados con el desarrollo de la enfermedad coronaria, el grupo de investigadores mexicanos en una primera etapa decidió explorar aquellos genes que codifican para moléculas que participan en el proceso inflamatorio de la aterosclerosis. Esta patología involucra básicamente tres procesos, el oxidativo, el inflamatorio y el protrombótico.
Los estudios fueron realizados en una muestra de mil 200 pacientes con enfermedad arterial coronaria prematura, 284 con aterosclerosis subclínica (que ya tienen depósitos de calcio en las arterias) y 912 controles (individuos sin la enfermedad).
“Estudiamos los genes de las moléculas que generan inflamación y de aquellas que tratan de controlarla, porque asumimos que debe existir una regulación entre ambas”, señaló Vargas Alarcón.
Primeros hallazgos
El primer grupo de investigación en México en busca de polimorfismos asociados con la enfermedad arterial coronaria (EAC) ha generado interesantes hallazgos. Por un lado, de 2012 a la actualidad han identificado nuevos marcadores genéticos asociados con el desarrollo de la patología en pacientes mexicanos.
El proyecto GEA obtuvo datos que corroboran el papel de algunos marcadores previamente asociados con esta patología en otras poblaciones.
Hasta ahora se han identificado marcadores genéticos tempranos de aterosclerosis en pacientes con aterosclerosis subclínica. “En un futuro estos hallazgos, junto con el conocimiento de los factores de riesgo cardiovasculares clásicos, nos permitirán detectar qué individuos van a desarrollar aterosclerosis y, por lo tanto, poder tratarlos de forma preventiva. Hemos generado información muy valiosa que creemos va a tener aplicación en breve en los pacientes. Hay individuos que, a pesar de no presentar los factores de riesgo clásicos, han sufrido un infarto, entonces esto no lo es todo, hay algo más y lo podemos encontrar desde el punto de vista genético”, puntualizó el especialista.
El también miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) nivel III señaló que dentro de los marcadores nuevos asociados con el desarrollo de la enfermedad arterial coronaria en la población mexicana destacan los polimorfismos del gen de la interleucina 17 y del gen ABCA1 (transportador de colesterol dependiente de la unión de ATP-adenosín trifosfato).
Visión diferente para atender la enfermedad
En el 2013 inició la fase se seguimiento del proyecto GEA. Los participantes que fueron estudiados hace cinco años se han citado por segunda ocasión y, de forma similar a lo que se realizó en la fase inicial o basal del proyecto, se les aplican cuestionarios estandarizados para obtener información demográfica, de factores de riesgo cardiovascular, así como para conocer sus hábitos dietarios, determinar antecedentes familiares y personales de la enfermedad arterial coronaria, entre otros.
Teresa Villarreal Molina, quien estudia los factores de riesgo cardiometabólicos y las interacciones gen ambiente de la enfermedad arterial coronaria, detalló que a través de datos de dieta, ejercicio y estilo de vida se ha podido determinar cómo los individuos que portan ciertas variantes genéticas pueden presentar una respuesta metabólica diferente al adoptar una dieta con mayor o menor consumo de grasas y carbohidratos.
“La sola presencia de una variante genética de riesgo en un individuo no es suficiente para causar una enfermedad. El estudio GEA tiene la enorme ventaja de tener datos detallados de cada paciente incluyendo estudios clínicos, bioquímicos y de estilo de vida como dieta y ejercicio. Lo anterior nos permite estudiar interacciones gen-ambiente, es decir, qué factores aunados a la presencia de las variantes genéticas incrementa realmente el riesgo de presentar enfermedad arterial coronaria u otros trastornos metabólicos relacionados. Por ejemplo, hemos encontrado que mujeres que portan cierta variante genética en un transportador de colesterol tienen mejor respuesta metabólica a una dieta con mayor contenido de grasas”, explicó la investigadora del SNI nivel III.
Los científicos involucrados en el estudio podrán observar quiénes de los sujetos control desarrollaron la enfermedad, o bien, si acumularon factores de riesgo metabólicos durante el desarrollo del estudio.
Para Rosalinda Posadas Sánchez, quien trabaja en la parte clínica de esta investigación a través del departamento de Endocrinología del INC, conocer en general los factores de riesgo cardiovascular presentes en la población mexicana permitirá prolongar o evitar la aparición de la aterosclerosis, así como tener un mejor entendimiento que conlleve a una intervención oportuna para evitar o retardar la aparición de la enfermedad.
“Si bien la aterosclerosis es una enfermedad multifactorial, no sabemos cuánto contribuye cada uno de los factores de riesgo cardiovascular en un individuo en particular, el estudio GEA nos permitirá hacer mediciones sobre cuántas personas tienen aterosclerosis subclínica y enfermedad arterial coronaria asociada con alguna variante genética, y cómo afectará la presencia de las variantes que hasta ahora se han identificado con el desarrollo de estas patologías”, explicó la maestra en Ciencias.
A decir de los investigadores, el proyecto GEA ha permitido iniciar nuevos proyectos de investigación que permitirán profundizar en la etiología de la aterosclerosis subclínica coronaria. Además, en los primeros cinco de los 10 años para los que está proyectado este estudio se han publicado alrededor de 30 artículos especializados con nuevos descubrimientos.