*Los dineros de la UNAM son del pueblo de México, señala
La jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum le entró hoy al debate de la UNAM.
Dijo que “no esta mal” que se discuta el uso de los recursos públicos que le otorgan y la forma como ha crecido la burocracia universitaria.
“No está mal que se abra esa discusión dentro de la Universidad y fuera la UNAM guardando siempre la autonomía universitaria”.
Consideró que la crítica que se está haciendo sobre el papel de las universidades públicas también es importante porque fue ahí donde se dio la “Estafa Maestra”.
“Fíjense, en la “Estafa Maestra” desviación de recursos públicos para usos electorales, ¡utilizando a las universidades públicas!, ¿Cómo se presta una universidad pública a la desviación de recursos?”.
“Como yo lo dije, no debemos olvidar que los recursos de las universidades publicas son de los impuestos del pueblo de México y que la UNAM se debe a la nación”.
Yo forme parte, recordó en el 86 y 87 de un movimiento estudiantil que se opuso a la “privatización” que quería hacer de la UNAM el entonces rector Jorge Carpizo.
Los “conservadores” que entonces estuvieron a favor de la privatización defienden ahora hipócritamente a la UNAM, señaló.
La Jefa de Gobierno se pronunció porque los recursos públicos vayan al aumento de la matrícula escolar.
CEU, movimiento que frenó una reforma y formó a líderes políticos
El Consejo Estudiantil Universitario (CEU), cuyo movimiento es considerado el más exitoso, debido a que sin violencia ni represión, logró frenar una reforma, también fue un semillero de políticos, pues de ahí surgió el origen del PRD.
Oficialmente el CEU nació el 31 de octubre de 1986, sin embargo, sus raíces surgieron los días 11 y 12 de septiembre de hace 30 años, cuando los consejeros universitarios estudiantes Imanol Ordorika y Antonio Santos levantaron la voz en medio de la votación mayoritaria oficial, en contra de la reforma promovida por el rector Jorge Carpizo, para engrandecer las fortalezas y superar las debilidades de la UNAM.
Consumadas las reformas a la estructura jurídica de la UNAM para fijar nuevas reglas en materia de ingreso y permanencia de los estudiantes, así como para mejorar la calidad académica de los docentes e investigadores, el 24 de septiembre se realiza la primera asamblea estudiantil en la Facultad de Filosofía y Letras, donde Imanol Ordorika y Antonio Santos informan de las decisiones tomadas por el Consejo Universitario.
Un movimiento que acabó con la inmovilidad estudiantil, consecuencia de las represiones de 1968 y 1971, que fue el primero en no ser reprimido y que logró sentar en un diálogo público a los representantes de la Rectoría, que provocó la derogación de la reforma de Carpizo y logró la aprobación del Congreso Universitario como un mecanismo de transformación interna consensuado.
El movimiento del CEU, catalogado como un movimiento estudiantil exitoso, pero que durante los 13 años que tuvo la hegemonía de la representación estudiantil y académica incurrió en excesos que lo llevaron a ser repudiado por la generación del Consejo General de Huelga (CGH) en 1999-2000, por la relación de sus dirigentes con el PRD y los incipientes gobiernos de izquierda.
Los nombres de Imanol Ordorika, Antonio Santos, Óscar Moreno, Carlos Ímaz, Rosario Robles, Salvador Martínez Della Rocca y Claudia Sheinbaum pasaron de ser famosos por su activismo universitario a ser famosos por su activismo en el PRD.
El CEU fue el brazo juvenil de la fundación del PRD, fue la fuerza juvenil que impulsó la candidatura del expriista Cuauhtémoc Cárdenas. Fueron ellos quienes llevaron a Cárdenas a Ciudad Universitaria y lo convirtieron en el candidato de la UNAM, con mítines masivos en la explanada de la Rectoría; fueron ellos quienes a huevazos y empujones, con capuchas y descalificaciones, corrieron de CU a otros candidatos que quisieron hablar ahí no sólo en 1988, sino en 1994, cuando además hubo agresiones contra el panista Diego Fernández de Cevallos.
Los miembros del CEU lograron el Congreso Universitario, del cual salieron decisiones que permitieron la transformación de la institución, como los Consejos Académicos de Área y los programas de estímulos que permitieron la mejora considerable del salario de los académicos.
Fuente: Periódico Excelsior