Reinventar la labor docente, compromiso del Departamento de Sociología de la UAM

*Especialistas participaron en el evento Departamento de Sociología, 50 años después, realizado en la Unidad Azcapotzalco

Clara Grande Paz y Teresa Cedillo Nolasco

La reinvención de la labor docente y el compromiso con las y los jóvenes profesionistas ante los cambios vertiginosos que afectan a la sociedad son parte de las labores que deben mantenerse en el Departamento de Sociología de la Unidad Azcapotzalco de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

En ello coincidieron las maestras María Lilia Pérez Franco e Irma Patricia Juárez González, así como la doctora Priscilla Connolly Dietrichsen quienes participaron en la mesa Experiencia, logros y desafíos, moderada por la doctora Norma Rondero López, secretaria general de la UAM, como parte del evento Departamento de Sociología, 50 años después, que se realizó en dicha sede académica.

Al hacer un ejercicio de recuperación de la memoria de la labor realizada desde este espacio académico que genera y difunde conocimiento, además de promover su aplicación en análisis y políticas de beneficio social y enriquecimiento del campo científico, las ponentes consideraron que representa una buena oportunidad para reflexionar sobre el trabajo a futuro.

“Para que haya futuro tiene que haber una reflexión del pasado, necesitamos una memoria común y las y los profesores que van llegando están metidos en la lógica de la academia utilitarista, lo cual no está mal, pero quizá entonces debamos valorar mejor nuestra diversidad de actividades”, reconoció la maestra Pérez Franco al exponer el tema La fuerza de la Docencia.

“Seguimos sosteniendo que la docencia es la función prioritaria y por eso tenemos que pensar en las y los estudiantes que han cambiado y lo que ahora requerimos para entenderlos”, dijo la investigadora.

Al abordar la Vinculación con la sociedad: articulación de docencia, investigación y trabajo de campo, la maestra Juárez González, con una trayectoria de más de cuatro décadas en el Departamento de Sociología, afirmó que hoy es un privilegio tener la oportunidad de ser académico de tiempo completo y poder destinar una gran parte de esta actividad a la investigación.

“Encontrar nuevas formas de vinculación con los sectores sociales más desprotegidos, como parte de la praxis académica, es una obligación que no debe soslayarse siendo universitarios”, explicó la maestra Juárez González, quien en 2003 junto a diez alumnos de esta casa de estudios recibió el Reconocimiento Nacional al Servicio Social Comunitario, otorgado por la entonces Secretaría de Desarrollo Social, por su desempeño ejemplar y vocación de servicio demostrados en el Proyecto Interdisciplinario para el Desarrollo Sustentable en Los Tuxtlas, Veracruz.

“Reinventar la capacidad docente como lo hicimos en el momento fundacional de la UAM y años después, debe ser un compromiso con los jóvenes de hoy y de mañana y un aliciente para recuperar nuestra identidad y sentido de pertenencia ante los cambios que afectan al mundo y a nuestro país”, agregó.

Con el tópico ¿Estudiar lo social o hacer sociología?, la doctora Connolly Dietrichsen, quien a lo largo de su labor académica hizo importantes contribuciones a los estudios de la Sociología Urbana, narró la manera en que se fue diversificando el pensamiento social al interior del Departamento y los múltiples enfoques teórico-metodológicos dentro de la disciplina, en la que se incluían tanto autores clásicos de referencia ya fallecidos, como en activo.

También recordó cómo desde sus orígenes, este Departamento ha estado integrado por un cuerpo académico proveniente de diversas formaciones que incluyen geógrafos, arquitectos o abogados que han enriquecido la disciplina tanto en licenciatura como en posgrado.

Al inaugurar el Coloquio, la doctora Norma Rondero sostuvo que la organización y configuración del trabajo para traducir el modelo UAM en la práctica, el posgrado, la difusión de la cultura y la labor administrativa y de gestión son las principales fortalezas del Departamento de Sociología de la Unidad Azcapotzalco.

Por lo que la estructura construida a lo largo de estos 50 años, de áreas y grupos, así como de los ejes docentes es y seguirá siendo el mejor ejemplo para el desarrollo de las tareas académicas.

Refirió que la asociación entre el departamento y la licenciatura ha contribuido a articular bien las funciones sustantivas y, en ese sentido, en el marco de la concepción de áreas académicas recientemente incorporada a la legislación, “una estructura como la nuestra refleja en los hechos la posibilidad de integrar las funciones sustantivas, tal como lo refiere el actual Artículo Tercero del Reglamento Orgánico”.

Respecto del posgrado, destacó que al ser una de las actividades que mejor articula docencia e indagación en la organización departamental, la maestría y el doctorado en Sociología destacan porque sus líneas de investigación están sustentadas por colectivos robustos y asociados a las áreas, que garantizan solvencia académica para la formación de maestros y doctores.

En cuanto a la difusión de la cultura, expresada entre otras actividades en la Revista Sociológica, que continúa siendo un espacio flexible y dinámico al que han sostenido por varias décadas los colectivos de este departamento, señaló que se ha sabido encontrar la forma de mantener en el referente de la disciplina una publicación con participación externa, con calidad, bien posicionada y con aportes reconocidos por propios y extraños.

La doctora Rondero López mencionó que la coordinación de la labor administrativa y de gestión ha contado con la participación de las jefaturas de área y las coordinaciones de estudio. Lo anterior, junto con la toma de decisiones sobre el manejo presupuestal, refleja un trabajo colegiado igualmente importante al que se desarrolla para las funciones sustantivas.

Subrayó que la organización colegiada en la vida cotidiana del Departamento refuerza la idea de un espacio sólido y vigoroso “a pesar de lo contradictorio que resulta la priorización de las labores individuales por sobre las colectivas, como ha sido desde hace años el estilo que ha privado, dado el mensaje enviado en la configuración de la carrera académica en la UAM”, por lo que “habrá que entrarle a ese cambio”.

Hacia el futuro

El doctor Romualdo López Zárate, ex rector de la Unidad Azcapotzalco, apuntó que el Departamento de Sociología tiene una gran presencia en el ámbito nacional e incluso en el internacional, pero “tenemos desafíos y cosas que aportar a las nuevas generaciones que se están incorporando”.

El investigador destacó que una de las grandes innovaciones de la UAM fue la vinculación de la docencia y la investigación y esta es una característica “todavía novedosa en el contexto nacional”.

Hasta antes de 2023, puntualizó, las áreas de investigación estaban definidas como “una organización dentro de los departamentos, cuyo propósito es ocuparse fundamentalmente del desarrollo de proyectos de investigación”, mientras que con los cambios aprobados por el Colegio Académico en 2023 se establece que “el área académica es un espacio colectivo donde se integran, promueven y desarrollan las funciones de docencia, investigación y preservación y difusión de la cultura, lo que implica un nuevo futuro para los profesores que se van incorporando” a la Institución.

Este cambio da la pauta para la modificación de la carrera académica de la universidad, pues “nuestro desarrollo ya no será a partir de hacer puntos para que nos den una categoría adicional”. Desde hace 24 años “iniciamos la reflexión sobre la carrera académica” y hoy esta modificación reúne una nueva visión de la universidad”.

El doctor López Zárate consideró que hoy el principal reto de este Departamento y de la Institución se encuentra en la recuperación de la vida colegiada que “hemos perdido porque hoy cada quien trabaja por su cuenta. El futuro de la UAM está en la recuperación, para los jóvenes, de la vida colegiada”.

La doctora Sylvia Ortega Salazar, ex rectora de la Unidad Azcapotzalco, indicó que a 50 años de la UAM ésta habrá de revisarse con sabiduría y con autonomía, además de entusiasmarse por el autoexamen y el propósito “siempre desafiante” para la Universidad de estar dispuesta a cambiar.

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