Oaxaca.- Memorable fue la Jam session que tuvo lugar la noche de este sábado en un Teatro Juárez abarrotado para escuchar el tributo que la Orquesta Primavera de Oaxaca (OPO) dependiente de la Secretaría de las Culturas y Artes de Oaxaca (SECULTA) rindió al Jazz Latino para cerrar con éxito su primera temporada del año y terminar con público bailando a ritmo de danzón.
“Así se toca el jazz latino”, comentaba uno de los melómanos que acudió a este concierto, debido a que con la orquesta alternaron grandes exponentes en México del jazz en los metales y alientos que acuden como maestros a Instrumenta 2016.
Apenas cruzaban las siete de la noche cuando se empezaron a escuchar los primeros acordes de “Mambo hot” de Víctor López y se abrió el telón del teatro de “El Llano” para sentir la potencia de los metales que colocan a Oaxaca como uno de los epicentros más importantes del mundo por ser cuna de extraordinarios instrumentistas.
Con el entusiasmo redoblado a lo largo de esta temporada, el director de la Primavera de Oaxaca, Alejandro Díaz dio la bienvenida al público asistente, así como a los maestros y alumnos de Instrumenta.
Una de las sorpresas fue encontrarse en primera fila una de las leyendas de la batería en Oaxaca y aunque desde hace muchos años radica en Estados Unidos, no niega el amor por su tierra, el maestro Jacobo Aragón, quien disfrutó de esta velada de jazz latino, donde también ha incursionado el percusionista convertido en una leyenda en Oaxaca.
El carismático maestro Díaz levantó la mano para arrollar a los asistentes con una pieza icónica del jazz latino, “Funky Cha-Cha” del mejor trompetista del mundo, Arturo Sandoval, lo que provocó que el final el público reconociera con cerrada ovación el nivel interpretativo de esta orquesta y más aún cuando intervino el maestro Abel Sánchez que dio una cátedra de saxofón.
Ahí, el director de la OPO, pidió un aplauso para el solista y descubrió que al frente de la sección de saxofones, estaba nada más y nada menos que el maestro Juan Alzate que con su sax condujo al resto de los metales a deslizarse sobre el ritmo latino de esta rama del jazz.
En “Nicas Dream” de Horacesilver; “Danzón for my father” de Oscar Hernández, donde el maestro Alejandro Díaz se refrendó como un excelente trombonista, invitó al maestro Guillermo Portillo a subir al escenario flauta en mano, dando inicio a la jam sesión que se prolongó por casi dos horas y donde el público estuvo entregado a cada interpretación.
Otra composición que fue ovacionada, es “Chucho” del maestro Paquito D´ Rivera, al igual que “Closey dancing” de Arturo Sandoval y omitiendo el intermedio por el largo programa y los innumerables agradecimientos, vino una seria de las mejores composiciones del maestro Miguel Blanco “Mozambique soul”, “Salsa for Norman” y “Alma vacía”.
Cautivó la trasformación de orquesta a ensamble de metales y percusiones y luego a un cuarteto clásico de jazz al que se sumó el maestro de batería, Eduardo Gurrola y cerrar con “Mambo caliente” de Arturo Sandoval, cuyo ritmo hizo pararse a bailar a más de dos.
Es de resaltarse la base armónica, pero sobre todo los acordes y solos que permitió que llegara el jam sesión en los teclados del maestro Manuel Cruz, lo mismo que la base rítmica que se notó tan familiar a este subgénero jazzístico, el percusionista José Silva.
De esta forma, la OPO cierra su primera temporada con un éxito absoluto que partió de la reestructuración de esa Orquesta que la SECULTA inició con la designación del maestro Alejandro Díaz quien hizo suya esta agrupación para diseñar un programa que incluyó programas que fueron de la música clásica al jazz.
Además de virtuosos solitas oaxaqueños que han tocado desinteresadamente con esta orquesta como Manuel Hernández -uno de los más notables clarinetistas de Latinoamérica-; Cesar Martínez Bourguet -Premio a la mejor interpretación de Sonata, en el Concurso Internacional de Violonchelo Aram Khachaturian, Armenia-; Abel Sánchez, Juan Alzate, Guillermo Portillo, Eduardo Gurrola, entre otros.
En opinión de seguidores de esta dotación orquestal, tan solo en seis meses, la OPO ha alcanzado niveles que en más de una década no había escalado; ello, debido la exigencia interpretativa que implica la realización de una temporada; por la cohesión y fuerza de grupo que ha dado a esta orquesta su director, Alejandro Díaz y por el aprendizaje y experiencia de compartir el escenario con grandes instrumentistas, como sucedió la noche de este sábado.