S-22 y la CNTE no avanzarán mientras no negocien la reforma

* Cualquier circunstancia, posibilidad para tumbar ley educativa
Adrián Ortiz Romero Cuevas / Al Margen
Oaxaca.- En realidad era muy previsible que el encuentro entre representantes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, y el Titular de la Secretaría de Gobernación, arrojara resultados francamente intrascendentes para la paz y la gobernabilidad de Oaxaca. El único acuerdo concreto logrado en este segundo encuentro, es que el gobierno federal reciba a los familiares de las víctimas —muertos y heridos— del enfrentamiento de Nochixtlán. Por lo demás, los oaxaqueños podemos esperar sentados porque el gobierno federal anunció que la reforma educativa no está a discusión, y la Coordinadora no tiene otro tema en la agenda más que ese.

En efecto, la noche del pasado lunes se llevó a cabo una segunda mesa de trabajo entre representantes de la Coordinadora y el titular de la Secretaría de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong. El representante de mayor nivel por parte de la CNTE, fue dirigente de la Sección 7 del SNTE en Chiapas, Adelfo Alejandro Gómez. También participaron algunos integrantes de la de la Comisión Nacional de Mediación, que encabeza el sociólogo Miguel Álvarez Gándara. No hubo ningún acuerdo significativo salvo el encuentro que, según se acordó, sostendrán representantes de Gobernación con los familiares de las víctimas civiles del enfrentamiento de Nochixtlán.

Por lo demás, los avances no son mínimos sino nulos, y los oaxaqueños tendremos que asumir con serenidad esta realidad. Desde Canadá, el presidente Enrique Peña Nieto fue enfático en señalar que su administración no negociará ni la reforma educativa, ni la aplicación de cualquier otra norma jurídica, y esa es la razón por la que la mesa de trabajo del lunes no tuvo avances en cuanto a la distensión no del conflicto, sino de los actos de presión que la Coordinadora sigue ejerciendo en Oaxaca en contra de la ciudadanía.

Esta cancelación de facto del diálogo entre Gobernación y el magisterio, fue previsible desde el momento en que, luego del enfrentamiento del domingo 19 en Nochixtlán, la Secretaría de Gobernación legitimó a la Coordinadora como interlocutora por el conflicto magisterial en Oaxaca. Hasta el momento, los grupos magisteriales que han encabezado los encuentros con Gobernación, no han informado si en ese grupo de trabajo de la CNTE se encuentran representantes de la Sección 22 de Oaxaca, o si la Coordinadora está actuando con base en alguna directriz, “mandamiento” o planteamiento hecho por la sección gremial de Oaxaca.

Como nada de eso ha quedado claro, lo que parece es que entonces los muertos, los heridos y la crisis política generada por el desastre de Nochixtlán, es el elemento con el que ahora Gobernación, y la Coordinadora, van a trabar cualquier posibilidad de solución al problema real de los oaxaqueños —los bloqueos, el hostigamiento y un conflicto en manos de organizaciones radicales que ya rebasaron a la Sección 22 en el control de los bloqueos carreteros y las acciones de protesta—, por la voluntad de unos de poner como condición indispensable la negociación de la reforma educativa; y por la decisión de otros de negociar quién sabe qué, cuando saben que su interlocutor actual —legitimado por ellos— no tiene interés por los muertos o por la paz de Oaxaca, sino por conseguir la rendición federal en cuanto a la reforma educativa.

OPORTUNISMO FALLIDO

Desde hace dos años, en su calidad de movimiento social nacional, la Coordinadora ha buscado capitalizar diversos hechos para tratar de aterrizarlos en sus intentos de negociación de la reforma educativa. La desaparición de los normalistas de Ayotzinapa fue un ejemplo de ello. Pues ante tal acontecimiento, la Coordinadora buscó llevar la protesta legítima de millones de personas por la detención-desaparición de los normalistas en Iguala —y por la grave situación que impera en cuanto a los derechos humanos en México—, a un plano en el que ellos pudieran negociar la reforma educativa con el gobierno federal.

No pudieron hacerlo, porque la naturaleza de los hechos ocurridos en Iguala —crímenes de lesa humanidad— fueron, en todos los sentidos, muy superiores a la demanda de la derogación de la reforma educativa. Por eso, en aquel momento no tuvieron oportunidad de incidir con su interés en las mesas de trabajo con los padres de los normalistas, que finalmente ponderaron sus demandas en temas de derechos humanos, investigación sobre los desaparecidos y exigencias sobre el castigo que deben recibir los responsables de estos hechos.

Paralelamente a ello, la Coordinadora ha buscado respaldo en ese tema a través del Movimiento de Regeneración Nacional, de Andrés Manuel López Obrador. Éste ha manifestado su respaldo total a la lucha magisterial contra la reforma educativa —en Oaxaca incluso prometió que si ganaba su candidato a Gobernador, devolvería el control de la educación a la Sección 22—; y a su vez la CNTE pretende militar activamente en Morena para reposicionar en la agenda nacional la abrogación de la reforma educativa. En ese escenario, es alarmante el error de Gobernación de volver a abrir ese tema como una forma de abordar el problema de Oaxaca.

DIÁLOGO SIN DERROTEROS

No calculan su negociación: ¿Si el gobierno federal concediera a la CNTE la abrogación de la reforma educativa, entonces ésta le “perdonaría” los muertos y los abusos cometidos por la Policía Federal en Nochixtlán? ¿Dónde está la Sección 22 en este proceso de supuesta “pacificación de Oaxaca”? Lo que queda es una gran incógnita, que no hace sino confirmar que este es un diálogo sin derroteros y que, con toda seguridad, Oaxaca sigue perfectamente enfilado hacia un callejón sin salida.

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