Las autoridades de Guerrero, informaron hoy de la apertura de una investigación por el secuestro del periodista Bernardo Javier Cano Torres.
La fiscalía estatal indicó, en un comunicado, que la investigación es “por el delito de secuestro y en contra de quien resulte responsable”, tras la “desaparición del periodista”, pero no reveló detalles de la fecha ni las circunstancias de la misma.
La investigación se abrió en Iguala, después de que la Policía Federal pusiera a disposición del Ministerio Público de esa ciudad el vehículo de Cano, hallado abandonado en la carretera que conecta esa urbe con Teloloapan.
El automóvil, propiedad del periodista, “tenía reporte de robo”, señaló la institución en la nota, en la que expresó “su compromiso de investigar estos hechos hasta sus últimas consecuencias”.
En un mensaje publicado en septiembre de 2013 en su cuenta de Twitter, el periodista denunciaba que “la montaña, la sierra y tierra caliente están más abandonados que Acapulco”, el famosocentro turístico mexicano, que suele acaparar la atención de las autoridades.
En el mismo mensaje pedía a los senadores y diputados “un día de sueldo para ayuda”.
Esa región del país acaparó los titulares a partir del 26 de septiembre pasado, cuando estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa fueron atacados a tiros por policías bajo las órdenes del entonces alcalde de Iguala, José Luis Abarca.
Esa noche perdieron la vida seis personas y 43 estudiantes desaparecieron después de que los policías entregaran a los jóvenes a miembros del cártel de Guerreros Unidos, un caso por el que hay un centenar de detenidos.
Precisamente ayer fue capturado el entonces subdirector de la policía de Iguala, Francisco Salgado Valladares, por su presunta participación en la detención y entrega de los estudiantes a miembros de la delincuencia organizada.
El lunes pasado el periodista Armando Saldaña Morales fue hallado muerto con huellas de tortura en el sureño estado de Oaxaca, dos días después de haber sido secuestrado.
México es considerado desde hace varios años como el país más peligroso de América Latina para ejercer elperiodismo.