*Este desorden de ánimo afecta a más de 350 millones de personas, dijo Mariano Martínez Vázquez, investigador del Instituto de Química de la UNAM
*La OMS predice que para 2020 la depresión unipolar será la segunda causa de inducción a padecimientos patológicos y la principal de incapacidad laboral
Ciudad de México.- Los antidepresivos convencionales generan efectos adversos como problemas de memoria y cognición, visión borrosa, boca seca, estreñimiento, disfunción sexual y trastornos del sueño y apetito. Además, su acción terapéutica no se aprecia sino después de varias semanas.
Por ello, Mariano Martínez Vázquez, investigador del Instituto de Química (IQ) de la UNAM, adscrito al Departamento de Productos Naturales, se ha dado a la tarea de buscar opciones en las plantas endémicas mexicanas.
En el marco del Simposio Internacional de esa entidad universitaria, el académico señaló que esta alternativa es benéfica porque no tiene consecuencias tóxicas.
Desorden de la actualidad
Al impartir la conferencia Actividad tipo antidepresiva de cumarinas naturales y semisintéticas, mencionó que el desequilibrio referido es un desorden común que afecta a más de 350 millones de personas en el mundo. Investigaciones epidemiológicas recientes indicaron que este mal presenta una prevalencia de vida en el rango de 10 a 15 por ciento, afirmó.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), para 2020 la depresión unipolar será la segunda causa de inducción a padecimientos patológicos y la principal de incapacidad laboral.
Entre sus síntomas destacan tristeza, autoestima baja, culpa, alteraciones del sueño y del apetito, disminución de energía y de la libido, poca concentración y, en casos extremos, pensamientos de suicidio.
En el proceso químico, los neurotransmisores conducen un mensaje traducido en impulsos eléctricos de una neurona a otra. La naturaleza variada de los primeros y la habilidad de las segundas determinan las sensaciones, emociones y razonamientos, procesos eventualmente convertidos en conducta.
En el estudio de esta enfermedad existen dos teorías: la primera que es la monoamigérnica, vinculada a la merma o deficiencia de dopamina (DA), noradrenalina (NA) y serotonina (5-HT) en la hendidura sináptica. La segunda es la neutrotrófica, explicada por una mengua en los niveles del factor neurotrófico derivado del cerebro (FNDC).
Los medicamentos más utilizados elevan la presencia de neurotrasmisores monoaminérgicos y el FNDC, además de tener efecto en las semanas posteriores a su consumo.
De origen natural
El académico explicó que investiga algunas especies del género Casimiroa, como el zapote blanco (C. edulis), cuya decocción de hojas y semillas tiene propiedades antihipertensivas, sedantes, hipnóticas e, incluso, contra el insomnio.
Además, sus extractos acuosos y de metanol mostraron efectos ansiolíticos, calmantes y anticonvulsivos. Este tipo de flora se encuentra en Guanajuato, Hidalgo y Querétaro, subrayó.
Lo estudiado
Martínez Vázquez encontró que la 3-(1,1´-dimetil-allil)-herniarina aislada de la Casimiroa pubescens y su derivado de nitrado presentan —en una administración triple vía oral— un buen perfil para combatir la condición referida.
Las vías de la serotonina y dopaminérgica se involucran en las cualidades antidepresivas de estos compuestos. También presentaron características antiinflamatorias, pero no tienen como blanco molecular las enzimas COX–1 y COX-2, un dato novedoso.
La poca toxicidad de estas plantas, así como la facilidad de obtener derivados, hacen de estos compuestos moléculas prototipo para el desarrollo de fármacos, finalizó.