Ulises, con su mal gobierno, propició crisis de 2006

Cuauhtémoc Blas

Oaxaca.- Según las declaraciones literales de Ulises Ruiz Ortiz, ex gobernador de Oaxaca, su gobierno fue duramente cuestionado y la población pidió su renuncia en 2006 sólo porque Diódoro y Murat y otros se juntaron para provocar un movimiento sociopolítico para desestabilizar su gobierno. Conjetura insostenible y simplista, que agravia cualquier mediana inteligencia.
Revista en Marcha
Si bien los mencionados colegas del ex gobernador que más apodos duros ha recibido en la historia (Tirano, Carnicero de Chalcatongo, El Chueco) se montaron en ese movimiento propiciado por el pésimo gobierno estatal de Ruiz y sus ineptos colaboradores, sería otorgarles poderes de semidioses a Diódoro y Murat para solitos levantar a medio pueblo contra un gobierno. Por ciento Ulises no menciona al entonces Senador Gabino Cué, quien también se habría montado sobre el inicial movimiento social. ¿Será por eso que en correspondencia Gabino acaba de decir que no detuvo al ex gobernador porque no tuvo elementos para ello? Qué chulito se llevan ahora.

No es así, los hechos históricos no se dan por generación espontánea, sin un proceso de incubación en condiciones sociales que lleven a estallidos de inconformidad. La discusión que persiste del libro más actual de Carlos Marx, El 18 Brumario de Luis Bonaparte, que se escribió a raíz del golpe de Estado de Luis Bonaparte en Francia que lo llevó al poder, se discute que ni para un hecho como dicho golpe la sola voluntad de un hombre puede hacerlo posible.

URO PEÑASi bien se ha criticado el determinismo económico de Marx como palanca principal de los movimientos, no deja de considerársele importante, aunque nuevos autores sostienen que esas palancas sí pueden ser sólo políticas. De cualquier manera lo que queda es que lo sucesos sociales colectivos y de envergadura no son por capricho de alguno. Claro que podrían prepararse, pero requieren una base social, un punto de partida, un escenario propicio. Hay ejemplos a pasto.

Valentín de la Sierra grita en su canción “Yo soy de los meros hombres que han inventado la revolución”. Pero Valentín no fue a la escuela. Ya sabemos que la soberbia se deriva fuertemente de la ignorancia. De ahí que este soldado pensara que por la sola voluntad de guerreros como él había estallado la revolución mexicana de 1910.

Por supuesto que dirigentes y comandantes son necesarios pero sin las condiciones sociales objetivas y subjetivas no puede darse algún movimiento de transformación social en el mejor de los casos; en el peor de los casos revueltas o motines, simples estallidos sociales sin rumbo, como el del 2006 en Oaxaca.

Las condiciones objetivas para el movimiento revolucionario en 1910, por ejemplo, estaban dadas, la miseria de campesinos y peones acasillados materialmente asfixiados por las tiendas de raya de los hacendados. El despojo criminal de pueblos y comunidades de la cuarta parte de las tierras nacionales (49 millones de hectáreas) para entregarlas a las llamadas compañías deslindadoras extranjeras, la más abusiva anti reforma agraria del mundo. El crecimiento económico en beneficio exclusivo de una parte muy pequeña de la población, etcétera. Sobre todo una clase media y alta rural y urbana (Francisco I. Madero miembro de una familia capitalista) que reclamaba su participación en el poder y que encabezó ese movimiento.

Toda proporción guardada, el motín de 2006 en Oaxaca se explica por la confrontación de la élites priistas, la agresión a los grupos de poder regional y a organizaciones políticas, la falta de respeto a la sociedad civil, la prohibición de la crítica y agresión a medios, y, sobre todo se entiende por la actitud cerril de quienes gobernaban Oaxaca que los llevó a tomar la peor de las decisiones improvisadas: el desalojo de los maestros del Zócalo ese 14 de junio.

Durante dos años se dedicaron a agraviar a la población, a deforestar el Centro Histórico, tirando árboles del Zócalo, del Jardín Conzatti, queriendo cambiar la faz de la ciudad colonial, cantera rosa por la típica cantera verde de coloración jade que la caracteriza en el mundo, y de la que se ocupó Toussaint.

Al llegar al gobierno, después de un proceso electoral cuestionado, con acusaciones de fraude electoral, en vez de construir acuerdos y legitimar su gobierno, en una de tantas decisiones atropelladas de inmediato quisieron meter a la cárcel al perdedor Gabino Cué, agudizaron la agresión al periódico Noticias, que ya había sufrido la invasión de sus bodegas al final del sexenio de José Murat, pero con Ulises de gobernador las oficinas centrales de la calle de Libres fueran invadidas largamente.

El autoritarismo de Murat, de suyo visto como extremo, se quedó corto, fue agudizado y alcanzó a todos; los acuerdos priistas se rompieron, y el PRI que dejó Murat rápidamente fue cambiado, quienes no se identificaran plenamente con el nuevo virrey de Oaxaca era castigado; la crítica y libertad de prensa ni formalmente fue aceptada.

El entonces secretario general de gobierno Jorge Franco (El Chucky) gritó en el mismísimo palacio de gobierno ante ciudadanos y periodistas que las obras de remodelación del Centro Histórico se harían porque ya estaba decidido, la sociedad civil para él no tenía importancia.

Era hasta lacerante tanta soberbia. Por cierto, por andar fuera de Oaxaca en la campaña de Roberto Madrazo para presidente de la república, Ulises Ruiz seguramente daba el visto bueno a algunas decisiones, pero la mayoría eran tomadas por este personaje, Franco, especie de vice gobernador entonces, como hoy Jorge el “Coco” Castillo y antes de éste Benjamín Robles Montoya.

Son muchas las cuentas pendientes y en todos los frentes del gobierno de URO, con él fue espectacular el retroceso de Oaxaca, casi seis meses la capital paralizada y varios municipios del interior. Más de 40 crímenes impunes vinculados a asuntos políticos, líderes y dirigentes regionales de la entidad.

En el Papaloapan César Toimil Robert acribillado junto con sus acompañantes Melquíades Rosas Reyes, Mauro Díaz González, Paulino Ortega Fernández y Adrián Rosas García. En esa misma región Miguel Herrera Lara (el “Cocodrilo”) desaparecido a quien se da por muerto; del Istmo cayeron Neguib Manríquez, presidente municipal de Ixtepec y en Tapanatepec el médico Manuel de Jesús Guillén; de la Mixteca, Moisés Cruz Sánchez; y el dirigente Triqui Heriberto Pazos Ortiz, entre otros.
De manera que el gobierno de URO y quienes lo “auxiliaban” se dedicaron a unir a todos pero en su contra. Hay muchos más datos que no dejan duda sobre el mal gobierno que estuvo a punto de caer y que ahora presume como mérito no haber caído. Más bien nunca debió estar en picota. Y quizá no habría sufrido ese movimiento de 2006 si no hubiera enviado a esa pequeña cantidad de policías, 700, mil o 2 mil, contra 10 mil maestros. Esa decisión arrebatada la paga aún Oaxaca con años de atraso, con familias que tuvieron que emigrar, con negocios y vidas quebradas. Qué les importa, ellos hasta dejaron amarrados negocios con el erario de la entidad, la renta de los edificios de Ciudad Administrativa y Judicial, es uno de ellos.

Está visto que para enfrentar a la Sección 22 se requiere planeación, estrategia, trabajo. Los dos años que el gobierno federal le dedicó a eso lo explican. Ahora nos vienen a decir y a querer cambiar una torpe decisión improvisada contra la S 22 en 2006: “Ah, fíjense que eso mero es que quería yo hacer, poner en orden el sistema educativo de mi querido estado, que bueno que ahora hicieron lo que nadie me ayudó a lograr entonces”. De risa.

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