Un cambio necesario, la UAM y la despenalización de cannabis

Obra presentada en la FIL Minería enfatiza la necesidad de discutir, desde la academia e instituciones públicas, la despenalización de los usos sociales de estupefacientes

Criminalización del consumo de drogas provoca condiciones de riesgo para sus usuarios: Alfredo Nateras Domínguez

María Teresa Cedillo Nolasco

La estigmatización de quienes consumen drogas, las violencias asociadas al crimen organizado y el fracaso de las políticas prohibicionistas son algunos de los tópicos que se abordan en Juventudes sitiadas y resistencias afectivas. Tomo V: Un toque académico, regulación, uso social y lúdico de cannabis, presentado en la Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería, como parte de las novedades editoriales de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

Alfredo Nateras Domínguez, investigador del Departamento de Sociología de la Unidad Iztapalapa y compilador del texto, señaló que el volumen propone eliminar la criminalización del consumo de sustancias, pues es justamente el carácter ilegal lo que provoca condiciones sociales de riesgo para las y los múltiples usuarios.

Subrayó la importancia de llevar a cabo las discusiones académicas e institucionales a favor de la despenalización de los usos sociales de las drogas, particularmente de cannabis, como una vía para garantizar protección y seguridad de juventudes y adolescencias, quienes a menudo deben recurrir a la compra ilegal a narcomenudistas y, en consecuencia, al crimen organizado.

El doctor Nateras Domínguez, cuyas investigaciones se centran en culturas e identidades juveniles, indicó en entrevista que el movimiento a favor de la despenalización tiene “una voz fuerte y bastante presencia”; sin embargo, la discusión sigue detenida por las bancadas más conservadoras en la Cámara de Diputados.

“Con la mayoría calificada del Movimiento de Regeneración Nacional, este es el momento histórico, político y social para avanzar en la regulación hacia la despenalización, en tanto quitarle la parte criminal en relación a quienes hayan tomado la decisión de ejercer su derecho al desarrollo de su personalidad, pues así está constatado en el ámbito jurídico, en términos de hacer un uso responsable, sobre todo en relación con cannabis o marihuana”.

Destacó la importancia de abordar esta discusión en espacios educativos, ya que el 80 por ciento de los usuarios de marihuana son jóvenes estudiantes; además las universidades “son muy cautas debido a la delicadeza del tema, afortunadamente, la Unidad Iztapalapa ha tenido una posición muy respetuosa y sensible en términos de no hacer una apología, pero sí de tener una postura crítica”.

Señaló que la obra va dirigida tanto a jóvenes usuarios, que a menudo son activistas, como a funcionarios y autoridades para que “puedan entender y comprender lo que significa en términos de identidad, decidir sobre su derecho al consumo responsable.

El libro busca dialogar con las juventudes, dado que no es un tema que atañe solamente a una clase social, pues “las clases altas son usuarias no solo de cannabis, sino de otras delicadas en términos de su capacidad de adicción”.

Apuntó que hay invitaciones de otras universidades para presentar la obra, lo que refuerza la perspectiva optimista para sensibilizar al sector juvenil. De igual forma existen acercamientos con las bancadas en las Cámaras para plantear y tratar de persuadir “que este es el momento histórico” para hacer avanzar propuestas dirigidas a la despenalización del cannabis.

En su intervención, Juna José Osorio, asistente de investigación del Área Acción Colectiva e Identidades Emergentes de la sede Iztapalapa, resaltó que en los últimos años se ha reportado un aumento mundial en el consumo de sustancias consideradas ilegales, no solo la marihuana, sino también cocaína, opioides y anfetaminas, entre otras.

Este uso se traduce en una serie de problemas sociales, con altos índices de violencia debido al enfrentamiento de grupos delictivos que se encargan de la producción y distribución de dichas sustancias. Al mismo tiempo, las sociedades enfrentan la estigmatización y rechazo hacia los consumidores, junto con problemas de salud y un aumento de muertes por sobredosis.

De acuerdo con informes de la Oficina de Naciones Unidas contra las Drogas y el Delito, en la última década el consumo de sustancias a nivel mundial creció 20 por ciento, que resulta en 292 millones de usuarios, de los cuales 78 por ciento consume cannabis.

Ante esta premisa sigue siendo necesario abordar el tema desde distintas perspectivas, como académicos, activistas e investigadores, para discutir sobre el consumo de sustancias consideradas ilegales, no solo debido al aumento de usuarios, sino también a la criminalización que sufren por la carencia de políticas que regulen el consumo, alertó.

Emmanuel Ibarra Loyola, estudiante del Doctorado en Psicología Social de esa misma sede universitaria destacó que el volumen permite comprender y reflexionar “los tiempos violentos que vivimos y que se recrudecieron con la mal llamada guerra contra el narco, también puede considerarse una suerte de manual o guía al rescatar experiencias de activistas e investigaciones empíricas, en cuanto a la organización de colectivos estudiantiles y la sociedad en general , así como el diseño de políticas sensatas sobre las drogas”.

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